El amor por la belleza es el buen gusto
Los cielos y la tierra visibles congenian.
Para el ojo atento, cada momento del año tiene su propia belleza, y en un mismo lugar de la campiña contempla hora tras hora un cuadro que no se vio jamás y que jamás se volverá a ver.
Del hombre, el sol, de la mujer, la luna.
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